“Hubo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan”
Así reza el epitafio en la tumba de Don Juan de Austria, el líder del ejército católico que salvó nuestra civilización en la Batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571).
Cuando los musulmanes quisieron conquistar Europa, católicos valientes los enfrentaron y vencieron. Aquellos católicos pelearon por amor a Dios, a la Iglesia, a su Patria y a sus familias. Conocían bien su identidad y no estaban dispuestos a perder lo que sus antepasados habían construido con tanto sacrificio.
Hay acontecimientos y personajes de la historia que no deberíamos olvidar. Los necesitamos para inspirarnos a ser fieles a Dios en los tiempos que nos toca vivir. Como lo hicieron Juan de Austria y quienes lucharon en Lepanto, seamos valientes para defender la civilización que nos ha dado la Santa Iglesia Católica.
Comparto unas fotografías que yo mismo tomé de la tumba de Don Juan de Austria.